viernes, 15 de diciembre de 2006

La era del Hidrógeno (3)

Los automóviles del futuro

El futuro será del hidrógeno. No porque lo diga yo, que ni soy gurú del futuro tecnológico, ni esto es una predicción, ni hace falta ser un lince para percibirlo: los gobiernos, empresas y organismos de medio mundo se han lanzado a auspiciar proyectos sobre la nueva energía y nuestro país no es la excepción (eh2.org/proyectos.htm)

Nacen cada día nuevas plantas de fabricación de hidrógeno a partir de cualquier fuente (biomasa, solar…), empiezan a proliferar las estaciones de repostaje de hidrógeno (31 ya en California).

Las principales compañías automovilísticas tienen modelos listos para rodar. General Motors anuncia que en 2011 estarán a la venta vehículos que funcionarán exclusivamente con hidrógeno. Pero no sólo las marcas de General Motors apuestan fuerte por el hidrógeno (y estamos hablando de Buick, Cadillac, Chevrolet, GMC, Holden, Hummer, Oldsmobile, Opel, Pontiac, Saab, Saturn y Vauxhall, sino que Mercedes, BMW, Fiat, Chevrolet, Mazda, Toyota, Peugeot, Honda… tienen también modelos de hidrógeno listos para la nueva era y llevan tiempo trabajando y desarrollando sucesivas generaciones de motores cada vez más sofisticados.

Algunas de las noticias relacionadas con estas marcas podéis encontrarlas recopiladas en el blog www.hidrogenoo.com. Por el momento y ya ahora mismo, podemos adquirir modelos híbridos de gasolina e hidrógeno, caso del Prius o el Civic de Honda, aunque no son los únicos. También en Madrid ruedan ya autobuses de hidrógeno.

La eficiencia energética del hidrógeno es muy superior y los motores ahora en desarrollo baten marcas de velocidad y potencia (véase el BMW 7de 225cv). Pero lo que es más importante: los motores alimentados por hidrógeno son eléctricos, con lo que pueden aprovechar la energía cinética que genera un vehículo en marcha y que le sirve a su vez para propulsarse.

Ahora sólo aprovechamos una pequeña parte de esa energía por medio de una dinamo, (y desperdiciamos el resto, sobre todo en las frenadas) y que nos sirve únicamente para recargar la batería, y alimentar las luces y los aparatos eléctricos, pero no nos aporta nada a la conducción, ni ahorra combustible.

Aunque la revolución no vendrá del mundo del motor, sino de la capacidad individual de ser productores y a la vez consumidores de energía: existen desarrollos de modelos de unidades domésticas de producción de hidrógeno que nos permitirán a partir de la energía eléctrica (que puede provenir de placas solares o de cualquier fuente limpia o no) producir hidrógeno, que usaremos tanto para repostar nuestro vehículo como para almacenarlo en pilas de combustible que podremos utilizar cuando necesitemos.

El desarrollo en el campo de las pilas de combustible (hidrógeno) es imparable y muy pronto dispondremos de estos dispositivos tanto para alimentar un ordenador, un teléfono móvil, o la calefacción de nuestro hogar.

La tecnología está casi a punto y la necesidad apremia. No sólo hay que alcanzar los objetivos del protocolo de Kyoto en la reducción de los niveles de contaminación, sino que, en ese mismo proceso, iran cambiando las relaciones de los hombres con la producción y el uso de la energía. Y el mundo cambiará también.

No hay comentarios: