sábado, 3 de marzo de 2007

Otro mundo es posible

Admiro a aquellos que han perdido el reverencialismo hacia el padre, al maestro. Aquellos que se cuestionan si las verdades que nos dicen inmutables, realmente lo son. Los que creen que las utopías sólo son posibles cuando uno, además de pensar en ellas, se pone en el camino de avanzar hacia esa meta.

Vemos a diario como la información que nos sirven es tan inexacta muchas veces, y tan manipulable y manipulada, otras, que cuesta saber lo que es bueno o conveniente entre tanta contradicción. De ahí la necesidad de tener el criterio suficiente para saber desgranar el trigo de la paja y lo posiblemente cierto, de lo irreal.

Sólo un punto de rebeldía e inconformismo es lo que necesitamos para analizar si el mundo en el que vivimos es el mejor de los mundos. Y la conclusión es que, ni mucho menos. Está claro que podríamos estar en un mundo mejor.

Pero, en cambio, han triunfado unas cosas y fracasado otras, muchas veces sin que el criterio de calidad fuese el determinante. Y los sistemas políticos dominantes, herencia de la filosofía del siglo XIX ya no responden a lo que debe demandarse por parte de unas sociedades, cada vez más formadas e informadas.

Siempre es bueno preguntarse si estamos usando la energía de modo eficiente, si las fuentes que usamos son las correctas, si la distribución de la riqueza es la óptima y deseable, si realmente gozamos de las posibilidades de desarrollo que deberíamos.

Porque cuando uno se pregunta eso, se da cuenta de que son necesarios muchos ajustes para lograr hacer de este planeta, cada vez más global, un lugar en el que todos podamos vivir, sin excepciones, un lugar en el que cada vez crece más un modelo de democracia participativa que se organiza en redes y que puede, si quiere, hacer cambiar las cosas. Y no es sólo un cambio tecnológico, el camino de la globalización se abre a todas las posibilidades, buenas y malas.

Todas estas ideas, estas intenciones, han tratado de ser recogidas en este blog, con mayor o menor acierto, a lo largo de estos últimos tres meses y ese seguirá siendo el camino a llevar en los próximos. Sólo con la pretensión de que alguno, por pura casualidad, se contagie de ese mismo espíritu, llene el mundo de interrogantes y señale nuevos caminos para transitar. Eso es todo.


Gracias Jeanfreddy.




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jueves, 1 de marzo de 2007

El truco final de Nikola Tesla

La mayor parte de las veces no nos preguntamos de dónde proceden las cosas que utilizamos de modo cotidiano. Sencillamente, están ahí y funcionan, para qué cuestionarse más. Sabemos, por ejemplo, quien inventó la fregona, el chupa-chups, el futbolín, entre las más pedestres y también la bombilla o el teléfono. Y ya, los más puestos, hasta la bomba H.

Pero apenas nada de cosas tan cotidianas como el mando a distancia, el tubo fluorescente, el primer cable trasatlántico, los inicios de la energía solar, la corriente alterna, la turbina sin palas, el motor de inducción, las bujías…. Pues todos ellos y así, hasta setecientas patentes, son obra del mismo tipo: el posiblemente más genial y más controvertido científico de la Historia (casi al lado de Leonardo da Vinci). Su nombre es Nikola Tesla.

Fue también el inventor de la radio, por la que Marconi ganó el premio Nobel y se hizo mundialmente conocido y aclamado, pese a que su “invento” llevaba diecisiete patentes de Tesla. Y aunque ya en 1943, justo tras su muerte, la Corte Suprema de los USA reconoció los trabajos de Nikola como anteriores y más importantes que los de Marconi y le devolvió la patente y la autoría, no así la fama. (Aunque este reconocimiento, pese a ser de justicia, nunca tendría lugar de no mediar la demanda que Marconi interpuso al Gobierno americano por la utilización de la radio en la I Guerra Mundial y, claro: lo hicieron, más que nada, por no pagarle).

La biografía de Tesla está plagada de hechos controvertidos y de leyendas: se le relacionó con el rayo que en Tunguska que en 1908 destruyó 2.150 kilómetros cuadrados (aunque la hipótesis dominante sigue siendo la desintegración de un meteorito en la atmósfera), también con la explosión del barco francés Lena, e incluso con los rayos T, (capaces de anular y hasta borrar el cerebro). Se hablo también de un supuesto origen extraterrestre y hasta de presuntas comunicaciones con seres de otro planeta.

Su particular inteligencia, su prodigiosa memoria y su capacidad de visionar, sin necesidad de planos ni bocetos, lo que luego construía, le dieron una extraña fama, tal vez no del todo justificada. Finalmente, murió sólo, pobre y sin el merecido reconocimiento (por otra parte, como muchos otros genios).

Pero hay dos cuestiones que, para mi modesto entender, son las más importantes, aunque no las más conocidas. Tesla pretendió usar la capacidad de la ionosfera para convertir a la Tierra en un gran generador que proveería de electricidad gratuita a todo el planeta, que era su gran anhelo. Pero el proyecto se vino abajo, como casi siempre, por falta de financiación (sólo contó con 150.000 dólares de J. P. Morgan).

La segunda cuestión son sus trabajos sobre electromagnetismo, asunto sobre el que, curiosamente, hay en la página de Steorn, (tema al que me refería en el artículo de ayer) un energy issue dedicado a Nikola Tesla, que me dejó con la mosca tras la oreja.

Y digo esto porque los trabajos y documentos de Tesla fueron confiscados por el Gobierno americano y hasta hace bien poco no han sido desclasificados. Incluso hay quien dice que no todos ellos lo han sido aún, pese a las numerosas voces que en Internet así lo solicitan.

Sea como fuere faltan todavía por estudiar todos esos papeles que Tesla dejó y quien sabe si en ellos hay más de lo que realmente sospechamos, sobre todo, teniendo en cuenta lo que se adelantó a su tiempo. Pero puede que esta no sea la última vez que este gran genio nos sorprenda a todos, ya que como él propio Tesla dijo: “el futuro es mío”.

Vean, si pueden, una película que toca en parte el tema: El truco final (The prestige), con David Bowie interpretando a Tesla.



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miércoles, 28 de febrero de 2007

Steorn y el movimiento continuo

El principio de la conservación de la energía y el primer y segundo principio de la termodinámica son puestos en entredicho por la proclama de una empresa irlandesa, Steorn, que anuncia haber creado un dispositivo que provee de energía ilimitada y que este podría ser aplicado a cualquier aparato conocido.

Todo el mundo sabe que el primer principio de la termodinámica ha sido comprobado miles de veces y que, hasta la fecha, nadie ha podido contradecirlo y todo aquel que lo ha pretendido ha caído en el más profundo de los descréditos. De ahí que, sistemáticamente, hayan sido desmontadas todas las fábulas de supuestos creadores de aparatos que prometen el movimiento continuo.

También es cierto que la ley de la gravedad de Newton se comprobó miles de veces, hasta que un tipo llamado Einstein la puso en entredicho al formular la teoría general de la Relatividad y, ésta, a su vez, fue puesta en colisión con la actual mecánica cuántica, ya que ambas teorías no pueden ser verdad al mismo tiempo, lo que, dicho en lenguaje llano, indica que lo que vale para lo muy grande no sirve para lo muy pequeño. Nos falta, en cambio, una teoría (aunque ya hay la de las supercuerdas) que abarque a ambas y explique, como debe, la totalidad del universo.

Hay también quien cuestiona la física lineal actual y sus relaciones causa-efecto, que no consiguen explicar adecuadamente, por ejemplo, las causalidades circulares. En fin, que por mucho que creemos que sabemos, la única realidad es que seguimos en la caverna platónica, viendo las sombras, pero no quien las causa.

Volviendo al hilo del asunto, a Steorn, empresa que ha generado una gigantesca polvareda mundial con su anuncio, son pocos los datos que pueden extraerse de su web, salvo las puramente especulativas y, para los resultados definitivos y la validación científica, habrá que aguardar hasta finales de este año, según nos anuncian.

Dicen que ni ellos mismos saben por qué funciona su invento y de ahí que busquen el apoyo científico para teorizar sobre lo que han visto en la práctica. Y ¿qué han visto? Pues, al parecer, su trabajo se basa en el movimiento a través de campos magnéticos circulares, de modo tal que una vez de regreso al punto de partida se obtiene una energía mayor que la inicial y que esta no parece provenir de ninguna fuente ambiental conocida.

Parece cosa de magia, digo yo, que espero con impaciencia los resultados de los científicos que se han apuntado a la oferta de validación de la empresa. Ojalá sea cierto y sirva como paso adelante para la física, una rama de la ciencia que en los últimos años parece no avanzar lo suficiente. De lo contrario, estaremos frente a un grupo de charlatanes y ya vendrán los del “ya te lo decía yo” a restregar por la cara sus conocimientos de la física elemental de hace dos siglos.








martes, 27 de febrero de 2007

Ideas geniales que no pueden venderse

Todo aquello que no produzca dinero no tiene sitio en este mundo. Esta frase lapidaria nos hace comprender por qué nunca triunfarán los coches de aire comprimido que se fabrican en Francia (¿tiene precio el aire?) el motor de agua o el tan discutido “movimiento continuo”, que ya lleva cuatro desarrollos por parte de un inventor independiente de Vilanova i la Geltrú, que busca patrocinadores en internet o la de la empresa Steorn.

Es también francamente difícil que el llamado Proyecto Océano, impulsado y creado por el escritor Alberto Vázquez-Figueroa, tenga el éxito que merece, no porque no pueda ser la mejor opción para salvar al mundo del hambre y la miseria, sino porque, es tan genial y produce un agua tan barata, que el beneficio para las empresas competidoras en la desalinización actual le impiden posicionarse en el mercado como debería y encima, el gobierno, ha parado el único proyecto que iba a realizarse en Almería. No sé si por presiones del resto del sector, aunque da qué pensar.

Este proyecto en el que su autor ha invertido más de 200 millones de pesetas (dice que toda su fortuna) nació en 1995, pero pocos se han dado por aludidos y si lo han hecho, después han reconsiderado la cuestión.

Es por ello que no se van a abandonar de modo definitivo los combustibles fósiles: que generan un inmenso negocio, y poco importa el cambio climático y la conciencia global sobre la necesidad de ese cambio ya.

Porque el capital no apuesta por lo innovador, apuesta por la cuenta de resultados y ahora les ha entrado la fiebre por la generación de biodiesel a partir de biomasa en todo el mundo y nuestro país no es la excepción. Se han lanzado a darle un nuevo uso a la agricultura que en algunas partes, dicen, van a hacer peligrar los cultivos destinados a la producción de alimentos.

En cambio se ve poco interés en apostar, por ejemplo, por el hidrógeno, que sí sería un combustible que no sólo cambiaría el modo en que usamos la energía, sino también las relaciones económicas a nivel mundial. Pero claro, esto no lo van a hacer los defensores del “status quo”. El capital no se va a mover hacia arenas movedizas.

Y mientras el capital aprieta y los gobiernos bailan, a los inventores les consideramos locos, genios que tienen una idea, pero que no puede venderse. Y los demás pagamos religiosamente la energía al precio que nos quieran imponer, dejando a medio mundo, los que no tienen dinero, fuera del acceso a lo más básico: la electricidad.







lunes, 26 de febrero de 2007

Asteroide Apophis: Y se enteran ahora

Resulta que parece que tenemos mala memoria (o algo peor). Los periodistas, me refiero. Y que no se comprueban las fuentes convenientemente. Se tira de noticia de agencia, se saca el titular más llamativo y apaga y vámonos.

El caso es que El País, el Periodista Digital y hasta la contraportada de Marca (amén de numerosos blogs y diarios electrónicos) se hacen eco de un boletín de las agencia EFE y Reuters sobre la posibilidad (1 entre 45.000) de que un asteroide de nombre Apophis choque contra la Tierra en 2036.

Todo eso de crear alarma está muy bien. Pero el caso es que al leer estas noticias me entró como un “deja-vu”. Ese “yo esto lo he leído antes. Ese asteroide se me hace conocido”.

Y efectivamente, fue en noviembre de 2005 cuando exactamente esos mismos titulares nos sorprendían a todos. Ahora, más de dos años después, los titulares no varían, pretendiendo vendernos como nueva una noticia que fue publicada tal cual en su día por publicaciones del prestigio de Nature, amén de la práctica totalidad de las publicaciones científicas presentes en Internet e incluso diarios generalistas.

Pero el resto de la prensa, o no la publicó en su momento o no se acuerdan de haberlo publicado y nos venden viejo por nuevo con total impunidad.

Porque ya desde 2004 se conoce la existencia del bautizado asteroide, se han hecho numerosos cálculos de probabilidades y hasta se barajaron entonces alternativas para desviar su trayectoria y, fíjense, existe hasta un proyecto llamado Don Quijote, que podría ser el encargado de cabalgar el asteroide para sacarlo de una hipotética línea de colisión con la Tierra.

Bastaba que cualquiera de esos periodistas hubiesen echado un ojo al Google para ver que el enfoque con que nos presentan como nuevo lo viejo no es el adecuado. Pero si ni esa tan simple comprobación de fuentes y antecedentes se hace, imaginen ustedes todo los que nos venden por cierto, sin tan siquiera haber sido comprobado.