viernes, 19 de enero de 2007

Las causas de la pobreza en América Latina

Este es un extracto del análisis que en 1999 hizo el Banco Mundial para América Latina:

“A pesar del crecimiento, sin embargo, persisten hondas desigualdades en la mayoría de las naciones de LAC, donde el 35 por ciento de la población de 502 millones de personas -aproximadamente 177 millones- viven en la pobreza. El número de pobres es comparable a la población total de Brasil, o el total de todas las poblaciones del resto de los países de Sudamérica combinadas. Aunque el crecimiento es crucial para la reducción de este nivel de pobreza, el crecimiento por sí solo no resuelve la situación. Parte del problema es la desigualdad en la distribución de la riqueza, donde sucede que el 20 por ciento más pobre de la población percibe únicamente un 4.5 por ciento del ingreso total. Es probable que la distribución del ingreso sea más desigual en LAC que en cualquier otra región en desarrollo del Mundo.”

La página del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), añade al respecto:

Este informe también indica que el desempleo masivo, la infraestructura física y social pobre, la corrupción, la violencia y el crimen son los mayores obstáculos que separan a los pobres de la buena calidad de vida. A esto se puede añadir un deterioro en el acceso a una educación cualitativa, a la salud y a las salvaguardias sociales que mitiguen la alteración del orden económico. La creciente marginalización de los grupos vulnerables de la sociedad y la degradación ambiental generalizada son también características sobresalientes del “nuevo atrincheramiento de la pobreza” en Latinoamérica y el Caribe.

Se habla de que la cuarta parte de los Argentinos son indigentes y que hasta un 50% de la población vive en la pobreza.

Y estamos hablando de países, en su mayor parte, ricos en recursos económicos, que evidentemente se dilapidan y no se reparten como deberían.

La cuestión en Sudamérica es la necesidad de un cambio. Un cambio que apueste por la gente, por toda, también la población autóctona, indígena, tan castigada, tan apartada.

No sé si los nuevos dirigentes que hablan de cambios (a algunos me refería en el post de ayer) llegarán a poder hacerlos y revertir la situación actual lo máximo posible. Pero tenemos todos que hacernos cargo: crear una conciencia que nos lleve a exigir a nuestros políticos un patrón de conducta que cambie los hábitos y abra los caminos para todos, cara el futuro.








No hay comentarios: