lunes, 12 de febrero de 2007

La inevitable invasión de Irán

Como el petróleo se acaba, o se acabará en unos 40 años, a los responsables del mundo no les preocupa buscar alternativas para un desarrollo sostenible, sino otras medidas. Entre estas, según la página oficial del gobierno de USA, uno de los objetivos es “doblar la capacidad actual de la Reserva Estratégica de Petróleo a 1,500 millones de barriles para el 2027”.

Y claro, en Irak las cosas no salieron bien, y ahora, la idea es ir a por Irán. Una, para callar la cada vez mayor impopularidad el presidente (ya bajo mínimos), poniendo esa nueva cortina de humo y dos, por el petróleo, una vez más (lo de la amenaza nuclear colaría si no fuera porque Corea del Norte, en igual situación, no tiene interés para las grandes petroleras).

Las provocaciones de los americanos ya han empezado y la escalada, a buen seguro, seguirá yendo a más. «Pretenden ser lo más provocadores posible para lograr que los iraníes hagan algo que obligue a Estados Unidos a responder», aseguró Hillary Mann, ex director de la oficina sobre Irán y el golfo Pérsico del Consejo de Seguridad Nacional, que depende de la Casa Blanca.

Mientras en Irán, los ayatolas, preocupados por la situación y por la postura de su presidente, Ahmadineyad, le han pedido prudencia, en los USA, los asesores de Bush piden dar más caña.

La suerte está echada, como lo estaba en Irak en 2003 y no hay vuelta atrás. Porque nadie en Europa le va a poner el cascabel al gato americano. Y con la ONU sin fuerza alguna y todos los demás, aplaudiendo la jugada, nada hay que hacer.

Así que prepárense para la guerra de Irán y para el terrorismo islamista a una escala desconocida hasta el momento. Porque, como dice la introducción de este blog: no hay acción sin reacción.

Y como en el gabinete Bush sólo se preocupan de sí mismos, la suerte del mundo está en manos de cuatro cantamañanas que nos van a meter a todos en la noche.

Los indicios están ahí. No hay más que verlos y pensar que el pelele de Bush seguirá el juego de las petroleras y las grandes empresas de armamento. Ahí está realmente el poder del mundo y no en la Casa Blanca.








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